Posts Tagged ‘frontera con Camboya’

El Cuento de Nunca Acabar…

Lunes, Febrero 14th, 2011

O CÓMO LANZAR CORTINAS DE HUMO…

Enlazando con mi último post (Qué está pasando, de nuevo, entre Tailandia y Camboya), sobre el conflicto thai-camboya, recupero de nuevo una entrada de 2009, en este caso del blog www.asiabudayrollitosprimavera.blogspot.com , de mi amigo Tiburcio, quien haciendo uso de su portentosa memoria de elefante así como de su cuidada redacción histórica, realiza un análisis muy interesante, que va mucho más allá de la época actual, y ayuda a entender un poco más sobre las riñas que existen entre ambos Países.

A mí me ha gustado mucho el post, ya que pese a que la historia no es uno de mis temas preferidos, este elefante me hace pasar ratos muy entretenidos.
Tiburcio, ¿Dónde estabas en mis años mozos, cuando el Señor Olite, sacerdote del colegio, me tumbaba de sueño en sus clases de historia?

Así quedó la Embajada de Thailandia en Phnom Penh tras las manifestaciones de 2003. Y es que no se pueden tener embajadas inflamables en países vecinos con los que te llevas mal
Quería escribir una entrada sobre los últimos rifirrafes que ha habido entre Thailandia y Camboya. Empecé a investigar para ponerlos en contexto y para cuando me quise dar cuenta ya me había remontado al siglo XV. O sea que el mal rollo entre ambos viene de antiguo.

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Los khmeres fueron la potencia dominante en Indochina hasta el siglo XIV, en que empezaron su decadencia. Desde comienzos del siglo XV una de las aficiones de los reyes thailandeses en los fines de semana era invadir Angkor y llevarse lo que encontrasen. Incluso hay una leyenda histórica, que muchos thailandeses creen verdadera, que cuenta que a finales del siglo XVI, mientras el gran rey thailandés Naresuan andaba luchando contra los birmanos, el rey khmer Chetta I aprovechó para hacer lo que se suele hacer en estos casos: apuñalarle por la espalda. Naresuan replicó, derrotando a Chetta I, al que capturó y, humillación de humillaciones, cuya sangre utilizó para lavarse los pies. Los pies no le quedarían muy limpios, pero lo que contaba era hacer algo que jodiera de verdad a los camboyanos. La realidad es que efectivamente Naresuan derrotó a Chetta I y conquistó Lovek, su capital, aunque Chetta I logró escapar a Laos. Pero en Historia a veces más importante que lo que ocurrió es lo que los descendientes creemos que ocurrió.

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Para finales del siglo XIX Camboya era un país deshecho con el que Vietnam y Tailandia jugaban como querían. En 1794, tras un período de anarquía, un protegido de Thailandia, Ang Eng, ascendió al trono camboyano. Eng era muy agradecido y regaló a sus protectores la provincia de Battambang, que incluía las ruinas de Angkor Wat. No fue un regalo que le costara mucho, ya que en todo caso su autoridad no se extendía mucho más allá de los límites de la capital y todavía no se había descubierto la de dinero que podía dar el turismo. Su sucesor, Ang Chan, llevó peor el dominio tailandés y decidió escapar de la sartén thailandesa para arrojarse a las llamas simpatías. Camboya fue deslizándose hacia la órbita de Vietnam, a pesar de los esfuerzos thailandeses porque no fuese así. Eso sí, las patadas que se daban vietnamitas y thailandeses por el dominio del país terminaban en los culos de los camboyanos.

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En 1848 Camboya logró disfrutar de un poco de paz cuando los thailandeses colocaron en el trono a Ang Duang, que era poco más que un gobernador thailandés dignificado. Fue Duang el que empezó a coquetear tímidamente con los franceses, aunque su situación se la dejó muy clara a un misionero francés: “¿Qué queréis que haga? Tengo dos amos que siempre me tienen el ojo echado. Son mis vecinos y Francia está muy lejos.” Eso era no contar con Napoleón III, que tenía ganas de jugar a emperador y le molaba imitar a la reina Victoria con eso de poseer un Imperio colonial donde no se ponía el sol.

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Pero mientras tanto camboyanos como tailandeses se daban cuenta de eso, los segundos trataban a los primeros como a unos meros subordinados a los que se podía pedir cualquier cosa. En 1860 el rey Rama IV de Thailandia se antojó de tener un recuerdo de Camboya y pidió que desmontasen un templo khmer y se lo mandasen. Las crónicas no especifican si lo quería envuelto para regalo o no. El encargado le dijo que los templos de Angkor eran un pelín grandes para eso. El rey decidió conformarse con un templito más pequeño, el de Prasat Ta Prohm. Los peones camboyanos que tenían que colaborar en el traslado se cogieron un rebote; tal vez la paga fuese insuficiente, tal vez les indignase el expolio al que iban a someter a su país, o tal vez ambas cosas, y mataron a los responsables thailandeses de la operación. El rey Rama IV tuvo que conformarse con que le hicieran una maqueta a escala muy aparente, que hoy puede verse en el Templo del Buda Esmeralda en Bangkok.

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En 1863 el entonces rey Norodom firmó un tratado secreto con los franceses por el que, a cambio de su protección, les hacía concesiones forestales y de yacimientos mineros. Cuando sus señoritos thailandeses se enteraron se mosquearon bastante. Norodom se apresuró a efectuar una declaración, que esta vez tenía que permanecer secreta a los franceses: “Deseo ser siervo del Rey de Tailandia, para su gloria, hasta el fin de mi vida. Mi corazón nunca cambia”. Bueno, su corazón algo sí que debió cambiar, porque al año siguiente, cuando quiso ser coronado rey, la ceremonia fue copatrocinada por Tailandia y Francia, cuyos representantes casi llegaron a las tortas por cuestiones de precedencia. A la larga los tailandeses comprendieron que no eran lo suficientemente fuertes como para oponerse al colonialismo francés y en 1867 aceptaron que Francia estableciese su protectorado sobre Camboya, a cambio del reconocimiento de que las provincias de Battambang y Siem Reap le pertenecían. En 1907, en el marco de la gran delimitación fronteriza que se efectuó entre Thailandia y las posesiones coloniales francesas, Battambang y Siem Reap volvieron a Camboya. A finales de 1940, Thailandia pensó que el momento de la revancha había llegado: Francia había sido derrotada unos meses antes por Alemania y no se encontraba en condiciones de hacer muchas chulerías. La guerra franco-thailandesa fue breve y victoriosa para los thailandeses, que recuperaron Battambang y parte de Siem Reap, aunque no Angkor Wat. En 1945 tuvieron que devolver lo conquistado, cuando al final resultó que, pese a Vichy y al colaboracionismo (hubo muchísimos más franceses colaboracionistas que resistentes), gracias a De Gaulle Francia logró estar junto a las potencias ganadoras de la II Guerra Mundial. Un gran monumento en Bangkok recuerda aquella guerra victoriosa, que permitió a los thailandeses recuperar durante cuatro breves años sus antiguos dominios, cuya pérdida sigue escociéndoles 100 años después.

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En los 50 Thailandia inauguró una práctica que continuaría años después, dando asilo a los enemigos del gobierno camboyano. Entre 1952 y 1954 ofreció asilo y un apoyo discreto al político nacionalista Son Ngoc Thanh que tenía una empanada mental considerable, que mezclaba nacionalismo, admiración por los japoneses e interés por el socialismo a partes iguales, y consideraba a Norodom Sihanouk, el rey entronizado por los franceses como una mera marioneta del colonialismo. Tras los Acuerdos de Ginebra de 1954 las oportunidades de Thanh de alcanzar el poder en Camboya se acercaron a cero. Ello no impidió que los tailandeses siguieran ofreciéndole algún apoyo; les venía muy bien cuando querían tocarle las narices a Sihanouk.

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Fue en esos años cuando se inició el mal rollo sobre el templo de Preah Vihear. El templo fue construido por los khmeres entre los siglos X y XII y se encuentra en la frontera entre Thailandia y Camboya. Tras el fin del protectorado francés, Thailandia ocupó el templo; sus modales habían mejorado: ya no ocupaba provincias, sino templos. Camboya recurrió al Tribunal Internacional de Justicia y Thailandia aceptó someterse a su veredicto. Para dirimir la cuestión había dos datos esenciales: en 1904 Thailandia y las autoridades coloniales francesas habían delimitado la frontera y la habían fijado en el parteaguas de la cordillera Dangrek, lo que situaba la mayor parte del complejo del templo en territorio thailandés; sin embargo, un mapa topográfico francés de 1907, que Thailandia nunca atacó, aunque tuvo conocimiento de él, ubicó el templo en territorio camboyano. En 1962 el Tribunal atribuyó el templo a Camboya. Thailandia no apeló la sentencia pero se quedó refunfuñando, como se vería muchos años después.

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Durante los años siguientes las relaciones camboyano-thailandesas fueron más difíciles aún si cabe. En las guerras de Indochina, Thailandia había escogido claramente el campo pro-norteamericano. Camboya estaba más cerca del ojo del huracán y su rey, Norodom Sihanouk pensó que la única opción con posibilidades era un neutralismo algo escorado hacia el campo socialista, lo justo para no tener contentos ni a norteamericanos ni a comunistas. Un chiste tailandés de aquellos años era el siguiente: ¿qué color (“si” en thailandés; por ejemplo, “si-daeng” significa “rojo”, “si-dam”, “negro”) no les gusta nada de nada a los tailandeses? El si-hanouk.

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El derrocamiento de Sihanouk en 1970 y la instauración de la República Khmer mejoraron brevemente las relaciones entre ambos países. Irónicamente, a partir de 1973, Thailandia empezó a adoptar una postura que se asemejaba a la que previamente había adoptado el denostado Sihanouk. Por un lado, las protestas ciudadanas de 1973 forzaron a un cierto replanteamiento de la política exterior del país. Durante un par de años, el Ejército thailandés, completamente pro-norteamericano, tuvo que jugar con más discreción su papel en la determinación de la política exterior. Por otro lado, la firma de los Acuerdos de Paz de Ginebra parecía presagiar el riesgo de que EEUU abandonara Indochina, con lo que se hizo de rigor un acercamiento a los comunistas Vietnam del Norte y China popular y a sus aliados del khmer rojo.

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Thailandia, sin dejar de ser pro-norteamericana, supo maniobrar muy bien en esas aguas turbulentas e incluso intentó mediar entre los khmer rojos y el régimen republicano de Lon Nol para asegurar una salida pacífica a la guerra civil camboyana. El 18 de abril de 1975, apenas tres días después del final de la República Khmer, Thailandia se apresuró a reconocer el régimen de los khmeres rojos. Enseguida, se restableció el comercio transfronterizo (contrabando es un palabro muy feo) entre los dos países y Camboya empezó a aprovisionarse de gasolina y arroz en Thailandia.

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No es que Thailandia se sintiese muy cómoda teniendo por vecino a un régimen comunista radical, pero los thailandeses siempre han sabido adaptarse a lo que hay. Los khmeres rojos fueron para Thailandia, igual que para el resto del mundo, una fuente continua de problemas. Por primera vez en varios siglos eran los camboyanos los que les causaban dolores de cabeza a los thailandeses y no al contrario. El 12 de mayo de 1975 los khmeres rojos dieron una semana a los thailandeses para que se retiraran un kilómetro de la línea de demarcación en Trat, alegando que habían ocupado ese territorio ilegalmente durante el régimen de Lon Nol. Hubo choques fronterizos en las zonas de Surin y Aranyapratet-Poipet. Varios pesqueros tailandeses que faenaban en la zona fueron atacados. En fin, los khmeres rojos haciendo amigos. Bueno, los thailandeses también ponían de su parte: el Ejército thailandés, que hacía la guerra por su cuenta y nunca mejor dicho, permitía que fuerzas derechistas camboyanas utilizasen territorio thailandés para lanzar ataques contra Camboya.

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La política a veces crea extraños compañeros de cama. A finales de 1978 una invasión vietnamita acabó con el régimen de los khmeres rojos e impuso un régimen pro-vietnamita en Camboya. De pronto, Thailandia descubrió que añoraba mucho a aquellos simpáticos genocidas que había tenido como vecinos durante tres años. Por un lado, la imposición de un régimen pro-vietnamita mostraba que en el último capítulo de la rivalidad vietnamita-thailandesa por controlar Camboya, los odiados vietnamitas habían sido los vencedores. Por otro, la lógica de la Guerra Fría hizo que los aliados de los soviéticos (en este caso, los vietnamitas) se convirtiesen automáticamente en enemigos de los estadounidenses y los chinos, con lo que los enemigos de aquéllos (en este caso, los khmeres rojos), se convertían en mis amigos. Tapándose las narices para no sentir el hedor a muerte, EEUU y sus aliados asiáticos, especialmente Thailandia y Singapur, se dispusieron a ayudar a los khmeres rojos, porque eran amiguitos de los chinos y andaban fastidiando a los vietnamitas.

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Thailandia, un poco a regañadientes, aceptó acoger los campos de refugiados camboyanos tras la caída de los khmeres rojos y sin ningún regañadiente aceptó que las guerrillas anti-vietnamitas utilizasen su suelo para realizar incursiones en Camboya. Thailandia tuvo desde el primer momento muy claras las implicaciones estratégicas de la situación y mucho menos claras las humanitarias. Tardó casi un año en reconocer que los camboyanos que habían entrado en su país eran refugiados y no inmigrantes ilegales y tardó el mismo tiempo en permitir que UNICEF y la Cruz Roja empezasen a asistirles. La situación se vio complicada por el hecho de que distintos campos caían bajo el control de distintas facciones camboyanas, las cuales también tenían claro que lo primero es lo primero y lo primero era tocarles las narices a los vietnamitas y a sus aliados. Los refugiados podían esperar.

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A finales de los 80, la situación empezó a cambiar con la caída del Muro de Berlín y la retirada de las tropas vietnamitas. Todos los que habían estado asegurándose de que Camboya se cociese a fuego lento, perdieron interés. Camboya había dejado de ser un sitio donde tocarles los huevecillos a los soviéticos, que estaban dejando de ser soviéticos, y a sus aliados. Entonces vinieron las prisas por buscar la paz, la Autoridad de Transición promovida por NNUU, las primeras elecciones y la constitución de un gobierno legítimo. Camboya volvía a ser un país normal y ya las malas relaciones con Thailandia se podían gestionar por los cauces que los malos vecinos suelen gestionar sus relaciones: pataditas, zancadillas e insultos. No es agradable, pero siempre es mejor que cortarle la cabeza al rey del otro país para lavarse los pies con su sangre.

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El 18 de enero de 2003 un periódico camboyano recogió declaraciones de la actriz thailandesa Suvanant Kongying en las que afirmaba que Angkor Wat pertenecía a Thailandia y le debería ser devuelto. Los camboyanos debieron de pensar que cuatro siglos de chuleo son muchos siglos y salieron a las calles indignados. En Phnom Penh quemaron la Embajada de Thailandia, banderas thailandesas y fotos del Rey de Thailandia, asaltaron restaurantes thailandeses y hoteles pertenecientes a ciudadanos de ese país. Las oficinas de Shin Corp, la compañía del entonces Primer Ministro tailandés Thaksin Shinawatra, fueron atacadas. Thai Airways suspendió sus vuelos a Phnom Penh. Ambos países rebajaron sus relaciones a nivel de Encargados de Negocios. Se prohibió la emisión de películas y telenovelas thailandesas en las cadenas camboyanas. Y lo mejor del caso es que parece que Suyanant Kongying nunca dijo las palabras que se le atribuyeron.

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Cuando los ecos de aquel incidente se habían apagado, va Camboya en 2008 y tiene la idea de solicitar que la UNESCO declare el templo de Preah Vihear patrimonio de la Humanidad. Thailandia montó en cólera, dijo que primero había que consultarle, que no estaba tan claro a quién pertenecía el templo. Ya se habían olvidado que había una sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de 1962. Si uno fuese malpensado, podría creer que dada la complicada situación interna thailandesa, su gobierno andaba buscando alguna distracción y nada mejor que una querella con el viejo vecino camboyano.

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Los dirigentes thailandeses descubrieron lo que todos los políticos acaban descubriendo antes o después: que es más fácil crear un conflicto que solucionarlo. Lo que pudo haber empezado como una mezcla de orgullo patriótico y distraer la atención se ha convertido en un conflicto enconado entre los dos vecinos, que hizo que en el verano de 2008 algunos temieran que pudieran llegar a las manos. El asunto se saldó con algunos tiros y un par de muertos, que seguramente carecerían de los estudios necesarios como para apreciar que estaban muriendo por la posesión de un templo shivaista del siglo XI-XII, construido bajo los reinados de los reyes Suryavarman I y Suryavarman II, que tiene la peculiaridad de haber sido construido siguiendo un eje norte-sur. Ésta es la tristeza de morir analfabeto.

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Ya que los thailandeses le tocaban las narices con el templo, el Primer Ministro camboyano Hun Sen, decidió hacer lo propio con las narices de los thailandeses y les dio donde más les podía doler: Thaksin Shinawatra. A comienzos de noviembre de 2009 le nombró “asesor económico del Gobierno” y le dijo al Gobierno thailandés que podían meterse la orden de extradición por donde…, bueno lo dijo con un lenguaje más diplomático, pero el mensaje sonó idéntico.

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¿Y ahora?, podría preguntarse cualquiera que leyera esta entrada. Pues ahora no lo sé, pero estoy convencido de que en estos mismos instantes en Bangkok y en Phnom Penh hay alguien que está meditando la siguiente putadita que le va a hacer al vecino.

El Patio del colegio… es particular… cuando llueve se enojan… como los demás…

Martes, Febrero 8th, 2011


¿QUÉ ESTÁ PASANDO, DE NUEVO, ENTRE TAILANDIA Y CAMBOYA?

Desgraciadamente estos días vuelven a la actualidad las escaramuzas entre Tailandia y Camboya por una pequeña parcela de tierra, a modo de patio de colegio, pero sin pistolas de juguete…

Es por ello que recupero uno de mis post de 2008 en el que explicábamos el motivo de la discordia. Curiosamente pocas diferencias hay con respecto a entonces y a la situación actual, por o que los consejos finales del post del 2008 siguen siendo válidos durante estos días. La única diferencia tal vez, es que de momento el Templo de Preah Vihear está temporalmente cerrado al público y sólo tienen acceso al mismo los niños de ambos “colegios” para jugar a ver quién es el más bravucón de la clase…


¿QUÉ ESTÁ PASANDO ENTRE TAILANDIA Y CAMBOYA?
Siempre me he resistido a tratar temas serios en este Blog, o al menos a tratarlos en un tono serio, puesto que para ello existen otros muchos Blogs informativos, políticos, de opinión, etc.
Pero como estos días estamos saliendo en los medios de comunicación (otra vez…), mi email vuelve a estar saturado, y mi teléfono echando humo, he pensado en escribir esta entrada de una forma totalmente objetiva (sin entrar en valoraciones personales) a título informativo, contándoos lo que conozco sobre el tema.

Me refiero a las confrontaciones en la frontera Thailandesa-Camboyana de la zona del templo de Preah Vihear, área de litigio entre estos dos Países desde hace medio siglo, recrudecida por la reciente incorporación a la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hace tres meses.


Lo que en un principio debería ser una alegría para cualquier País, debido al incremento del turismo en la zona que suele acompañar a los lugares seleccionados por dicha entidad, ha supuesto una escalada de presencia militar de los dos Países en los alrededores del Templo.

Supongo que los funcionarios que determinaron dicha incorporación deben (o deberían) estar arrepintiéndose en estos momentos de haberlo hecho. Yo lo veo algo así como cuando le compras una consola de videojuegos a tu hijo mayor, después de haber sacado buenas notas, y en ese preciso instante empieza la escalada de protestas del hijo pequeño, que también la quiere. Al final esas protestas acaban resultando en una agresión física, llamemosle tirada de pelos o mordisco en la brazo del hermano mayor, y en la consiguiente respuesta del mismo. Evidentemente lo primero que uno piensa es ¿porqué demonios le compraría la consola a mi hijo mayor con lo tranquilas que estaban las cosas en estos momentos…?
No voy a entrar en detalles de quien es realmente el hijo mayor y el pequeño en este caso, porque he prometido no hacer valoraciones personales.

Ese trocito de tierra que rodea al Templo ha pasado a llamar la atención de las autoridades y de los medios de comunicación de ambos Países, (y de paso a desviarla de otros temas…), y ha desembocado en un pequeño conflicto armado focalizado en ese pequeño terreno del Este de Tailandia. Personalmente no creo que las cosas vayan mucho más allá de pequeños enfrentamientos entre los soldados de uno y otro lado de la frontera, encaminados a llamar la atención de los medios, ya que ambos lados creen tener la razón.

Esta semana a alguno de ellos se le debió disparar su arma reglamentaria y la liaron de nuevo, resultando un par de soldados thailandeses heridos, un soldado camboyano muerto, y 10 soldados thailandeses hechos prisioneros, según los medios de comunicación.

El Templo está situado en el límite de la ladera de una montaña, perteneciente (excepto ese pequeño puñado de tierra) a Tailandia, lo cual hace que el acceso al mismo desde Tailandia sea muy sencillo, pero muy complicado el acceso desde Camboya (ver foto). Y del mismo modo , hace que alguno se plantee la idoneidad o no de dicha división territorial …

La Linea amarilla marca la frontera entre ambos Países

Templo Preah Vihear en primer plano


Una sentencia del Tribunal Internacional de la Haya de 1962 dio la razón a los camboyanos, aunque debido a la influencia francesa (antiguos colonos de Camboya) en la Haya, tampoco entraré a valorar si esta sentencia fue justa o injusta con los Tailandeses. De todos modos, yo no había nacido en aquella época, por lo que haciendo caso de lo que me enseñaron de joven, no pongo la mano en el fuego por nada de lo que no he visto y vivido, y con respecto a lo que he visto y vivido, puedo llegar a poner un dedo cerca de la estufa como máximo…. no sea que me queme.

No parece que pueda llegar todo a mayores, puesto que Camboya es un País más pequeño y con un ejercito bastante más débil que el tailandés, y con muchos menos medios para un conflicto armado. No parece probable por ello una guerra entre ambos Países como se pronostica en algunos medios de comunicación alarmistas españoles y extranjeros.

Mi consejo para los que visitéis Tailandia, es que os mantengáis alejados de esa pequeña zona del Este del País, en concreto se trata del Distrito de Kantharalak, en la Provincia de Si Sa Ket, la cual además es una zona alejada y no turística. Los únicos turistas que visitan la zona lo hacían para visitar el Templo de Preah Vihear, y creedme, en estos momentos no sería lo más recomendable, a no ser que seáis amantes de los deportes de alto riesgo… Por otro lado, tenéis en Tailandia muchas otras ruinas de la cultura Jemer mejor conservadas, como el bonito Templo de Pimai en Nai Muang, cerca de Nakhon Ratchasima. Y por supuesto, si estáis en Camboya, no debéis perderos la zona de Templos de Angkor.

El resto del País, salvo algunas escaramuzas durante las manifestaciones políticas (las cuales siempre son en una pequeña área delimitada de Bangkok), se respira la tranquilidad y normalidad más absoluta, y todos siguen con su vida normal.

Mi consejo de nuevo, es más que evidente, no te metas en medio de una manifestación política no autorizada, al igual que no lo harías en cualquier otro País civilizado, o te arriesgas a recibir, por un lado o por el otro. A no ser que seas amante de las emociones fuertes y los deportes de aventura extrema, y por supuesto sabiendo que si te pasa algo, ha sido por tu propia … ejem … digamos … falta de sentido común.

La muerte de un Mito

Martes, Noviembre 18th, 2008

RATAOUILLE O EL FIN DEL DESCANSO DEL GUERRERO

Hace unos meses os hablaba de la aventura del paso de la frontera tailandesa por la frontera terrestre de Aranyaprathed. Véase la entrada: extension-de-la-fecha-limite-del-visado.html

Pues bien, después de varios años realizando gustoso este recorrido, he decidido cambiar de ruta o al menos cambiar de hotel para la próxima vez.

Como sé que os lo estaréis preguntando, os contaré como ha muerto el Mito.

Salí de Bangkok como es habitual a mediodía, y me subí al bus que me llevaría a Aranyaprathet, Aran para los amigos (y para los que nos cuesta pronunciar semejante nombre).

Llegué a Aran sobre las 7 de la tarde y en esta ocasión (ya llevaba la mochila demasiado agujereada de la última vez) decidí subirme a una mototaxi por un precio razonable, 30thb (unos 70 céntimos de Euro), la cual me llevó a mi hotel favorito, para iniciar el clásico y legendario proceso del Descanso del Guerrero…

Hasta ahí todo correcto y según lo esperado:Check in, ducha y visita al salón de masajes para encargar un masaje en la habitación para después de la cena.

Es en dicha visita cuando empecé a ver que algo había cambiado en el cuento… Lo primero que me sorprendió fue que en el amplio salón de masajes, sólo había dos masajistas y éstas eran, digamos (de forma optimista) rellenitas, entradas en años y no muy agraciadas físicamente, también había una encargada, la cual por no hablar creo que no hablaba ni Tailandés, y a la que para que entendiera qué es lo que quería, le tuve que hacer un dibujo, ¡Qué útil me ha sido el bolígrafo en este viaje, sólo comparable a lo útil de la mochila en mi anterior aventura!…

Una vez entendido que quería un masaje. ¡Qué ocurrencias tienen estos extranjeros, pedir un masaje en un salón de masajes! Llegó la terrible pregunta…

¿Cuál de las dos masajistas quiere que le de el masaje?

Realmente terrible decisión, de la que dependería mucho más de lo que podía llegar a imaginarme…
Por un lado una chica gordita, de unos 45 años, feuchilla, con semblante serio.
Por otro una chica gordita, de unos 45 años, feuchilla, con una sonrisa de oreja a oreja.

Me decanté por lo más fácil (¡Craso error número 1!), la “chica” de la sonrisa. Pensé para mí, al menos aunque no disfrutara de su belleza y sensualidad, disfrutaría de su simpatía y de la calidad de su masaje. No en broma, normalmente los mejores masajes terapéuticos tailandeses me los han dado mujeres de cierta edad, ya que suelen tener mucha más experiencia y aplican la presión adecuada en los puntos adecuados.

Esta vez me decidí por un relajante masaje de aceite (¡Craso error número 2!).
Masaje con Miss Simpatía programado a las 10 de la noche en la habitación 209.

Turno de volver a mi habitación y encargar el delicioso arroz frito al servicio de habitaciones. Y para no desmerecer de mi masajista, esta vez encargué 2 arroces, uno con gambas y otro con pollo. Para mí los dos, se entiende, no penséis mal.
Los arroces deliciosos, como siempre, y por apenas un Euro y medio los dos.

Un poco de Nintendo DS para relajar la mente, mientras veía la película Ratauille en la televisión, y a esperar un rico masaje antes de dormir…

A la hora pactada llega la “tremenda” masajista, y empieza el masaje con aceite, bueno digo masaje por llamarlo de alguna forma, ¡vaya forma de destrozar el mito del masaje tailandés! Restregando el aceite como si fuera crema bronceadora, de forma parca y repetitiva, clavándome las uñas a cada pasada, sentándose sobre mis piernas…

Cierro los ojos, no puedo creerlo, parece de chiste, ¡qué horror de masaje, realizado por qué horror de masajista! Se para, entreabro los ojos y veo como se está ¡quitando la blusa! ¡Quiero morirme! Le pregunto por señas (no habla nada de inglés ni tampoco entiende mi tailandés) que qué está haciendo, me dice que no quiere ensuciarse la blusa con el aceite, cierro los ojos de nuevo.

Me pregunta ¿Duermes?, le respondo no, sólo me estoy relajando… La realidad: estoy rezando para que no se quite más ropa.

Sigue la tortura, ahora me clava una pulsera que lleva en la mano izquierda en el cuello… cuatro refregadas más y se para de nuevo, Dios! ¿Qué irá a hacer ahora? Se está poniendo de nuevo la blusa, eso me tranquiliza. Me pregunta que qué me ha parecido el masaje, miro el reloj y no puedo creerlo, han pasado 40 minutos y he pagado 2 horas de masaje, le enseño el reloj y me mira con cara de pocos amigos, dice ok, ok, y vuelve a hacer exactamente los mismos movimientos de refriega y tortura.

Se para, abro los ojos, ¿Qué pasará ahora?, me mira sonriente y me pregunta ¿Quieres hacer el amor conmigo? Empiezo a buscar la cámara oculta ya que no me lo puedo creer… Le digo que gracias pero que no puedo, “que tengo novia”, “que tengo mujer”, “que tengo 5 hijos”, “que soy gay”,… Pone cara de no entender nada de lo que le estoy diciendo… Sigo intentándolo, “que no tengo dinero”… Eureka! Al final parece entenderme, borra la sonrisa de su cara y vuelve a su “ardua labor” de restregar aceite. Incluso cuando el bote de aceite deja derramar alguna gota del mismo, me lo restriega (el bote) por las piernas…

Al cabo de unos 30 minutos, yo ya no puedo más, quiero dormir, quiero olvidar… A su vigésima pregunta sobre si me ha gustado el masaje, le digo que sí, y que me voy a dormir.

Muy sonriente, echa el aceite al bolso y… me pide propina. Me dice que no es tailandesa, que es de la India y empiezo a entender un poco más. En ese momento veo la misma sonrisa previa a su ofrecimiento carnal y al vérmelas venir, saco rápidamente 100 baths del bolsillo y le digo hasta mañana! Se va… respiro… me duele todo más que cuando llegué al hotel, pero por fin puedo descansar.

O eso creía yo…

A eso de las 2 de la madrugada empiezo a oír ruidos como si hubiera alguien en la habitación. Asociándolo a las pesadillas que estaba aun teniendo con la masajista como protagonista, no les hago mucho caso. Vuelvo a oír ruidos media hora más tarde, y cada vez más intensos, me despierto, enciendo la luz, en la habitación no hay nadie, pienso que el trauma de la masajista me durará toda la vida, vuelvo a cerrar los ojos…

Media hora más tarde los ruidos se intensifican, pienso que es el vecino de la habitación de al lado, pero los ruidos no cesan. Enciendo la luz y veo delante de mis narices, sobre la mesa, ¡a Ratauille!

Llamo a la recepción del hotel e intento explicar lo que ocurre, “have one rat in my room”, “have one big animal”, dicen no entender nada. Consigo que vengan a mi habitación, y les hago un dibujo (desde ahora el bolígrafo ha pasado a ser mi fiel compañero de viaje). Exclaman “ahh, one lat” (que sería algo así cómo “ahh, una lata”). Les dejo con la escoba en la mano y emigro a otra habitación a intentar dormir un poco.

Son las 5 de la madrugada del lunes 17 de Noviembre de 2008, la realidad supera a la ficción, el Mito del Descanso del Guerrero ha muerto…

Descanse en Paz.

Por un puñado de … tierra

Jueves, Octubre 16th, 2008

¿QUÉ ESTÁ PASANDO ENTRE TAILANDIA Y CAMBOYA?

Siempre me he resistido a tratar temas serios en este Blog, o al menos a tratarlos en un tono serio, puesto que para ello existen otros muchos Blogs informativos, políticos, de opinión, etc.
Pero como estos días estamos saliendo en los medios de comunicación (otra vez…), mi email vuelve a estar saturado, y mi teléfono echando humo, he pensado en escribir esta entrada de una forma totalmente objetiva (sin entrar en valoraciones personales) a título informativo, contándoos lo que conozco sobre el tema.

Me refiero a las confrontaciones en la frontera Thailandesa-Camboyana de la zona del templo de Preah Vihear, área de litigio entre estos dos Países desde hace medio siglo, recrudecida por la reciente incorporación a la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hace tres meses.


Lo que en un principio debería ser una alegría para cualquier País, debido al incremento del turismo en la zona que suele acompañar a los lugares seleccionados por dicha entidad, ha supuesto una escalada de presencia militar de los dos Países en los alrededores del Templo.

Supongo que los funcionarios que determinaron dicha incorporación deben (o deberían) estar arrepintiéndose en estos momentos de haberlo hecho. Yo lo veo algo así como cuando le compras una consola de videojuegos a tu hijo mayor, después de haber sacado buenas notas, y en ese preciso instante empieza la escalada de protestas del hijo pequeño, que también la quiere. Al final esas protestas acaban resultando en una agresión física, llamemosle tirada de pelos o mordisco en la brazo del hermano mayor, y en la consiguiente respuesta del mismo. Evidentemente lo primero que uno piensa es ¿porqué demonios le compraría la consola a mi hijo mayor con lo tranquilas que estaban las cosas en estos momentos…?
No voy a entrar en detalles de quien es realmente el hijo mayor y el pequeño en este caso, porque he prometido no hacer valoraciones personales.

Ese trocito de tierra que rodea al Templo ha pasado a llamar la atención de las autoridades y de los medios de comunicación de ambos Países, (y de paso a desviarla de otros temas…), y ha desembocado en un pequeño conflicto armado focalizado en ese pequeño terreno del Este de Tailandia. Personalmente no creo que las cosas vayan mucho más allá de pequeños enfrentamientos entre los soldados de uno y otro lado de la frontera, encaminados a llamar la atención de los medios, ya que ambos lados creen tener la razón.

Esta semana a alguno de ellos se le debió disparar su arma reglamentaria y la liaron de nuevo, resultando un par de soldados thailandeses heridos, un soldado camboyano muerto, y 10 soldados thailandeses hechos prisioneros, según los medios de comunicación.

El Templo está situado en el límite de la ladera de una montaña, perteneciente (excepto ese pequeño puñado de tierra) a Tailandia, lo cual hace que el acceso al mismo desde Tailandia sea muy sencillo, pero muy complicado el acceso desde Camboya (ver foto). Y del mismo modo , hace que alguno se plantee la idoneidad o no de dicha división territorial …

La Linea amarilla marca la frontera entre ambos Países

Templo Preah Vihear en primer plano


Una sentencia del Tribunal Internacional de la Haya de 1962 dio la razón a los camboyanos, aunque debido a la influencia francesa (antiguos colonos de Camboya) en la Haya, tampoco entraré a valorar si esta sentencia fue justa o injusta con los Tailandeses. De todos modos, yo no había nacido en aquella época, por lo que haciendo caso de lo que me enseñaron de joven, no pongo la mano en el fuego por nada de lo que no he visto y vivido, y con respecto a lo que he visto y vivido, puedo llegar a poner un dedo cerca de la estufa como máximo…. no sea que me queme.

No parece que pueda llegar todo a mayores, puesto que Camboya es un País más pequeño y con un ejercito bastante más débil que el tailandés, y con muchos menos medios para un conflicto armado. No parece probable por ello una guerra entre ambos Países como se pronostica en algunos medios de comunicación alarmistas españoles y extranjeros.

Mi consejo para los que visitéis Tailandia, es que os mantengáis alejados de esa pequeña zona del Este del País, en concreto se trata del Distrito de Kantharalak, en la Provincia de Si Sa Ket, la cual además es una zona alejada y no turística. Los únicos turistas que visitan la zona lo hacían para visitar el Templo de Preah Vihear, y creedme, en estos momentos no sería lo más recomendable, a no ser que seáis amantes de los deportes de alto riesgo… Por otro lado, tenéis en Tailandia muchas otras ruinas de la cultura Jemer mejor conservadas, como el bonito Templo de Pimai en Nai Muang, cerca de Nakhon Ratchasima. Y por supuesto, si estáis en Camboya, no debéis perderos la zona de Templos de Angkor.

El resto del País, salvo algunas escaramuzas durante las manifestaciones políticas (las cuales siempre son en una pequeña área delimitada de Bangkok), se respira la tranquilidad y normalidad más absoluta, y todos siguen con su vida normal.

Mi consejo de nuevo, es más que evidente, no te metas en medio de una manifestación política no autorizada, al igual que no lo harías en cualquier otro País civilizado, o te arriesgas a recibir, por un lado o por el otro. A no ser que seas amante de las emociones fuertes y los deportes de aventura extrema, y por supuesto sabiendo que si te pasa algo, ha sido por tu propia … ejem … digamos … falta de sentido común.

Extensión de la fecha límite del Visado

Sábado, Junio 14th, 2008
HOY TOCA TEMA DIDÁCTICO: EXTENSIÓN DE LA FECHA LÍMITE DE ESTANCIA PARA LOS VISADOS THAILANDESES

Por la tarde a eso de las 12 preparé mi bolsa de viaje, una pequeña mochila con un cojín y un jersey para el viaje en autobús, unas galletas, mi Nintendo DS, el cargador del teléfono y poco más.


Me disponía a realizar lo que aquí llaman VISA RUN, o lo que es lo mismo, el incordiante viaje que se debe realizar cada mes, tres meses, o un año (según el tipo de visado que se tenga en el pasaporte) fuera de Thailandia, para luego volver a entrar en Thailandia regularizado para otro mes, otros tres u otro año.

Si no se quiere aprovechar para visitar algún País o ciudad del Nordeste Asiático, y dependiendo de los gustos, tiempo y presupuesto que se quiera dedicar existen multiples opciones:

La más cómoda (según algunos) sería tomar un avión hasta Kuala Lumpur o Singapur, y volver ese mismo día o al día siguiente. Las ventajas de este itinerario son la comodidad ¿? del avión, el ahorro de tiempo del avión ¿? (al que habría que sumar el viaje al aeropuerto, la espera de una hora previa al vuelo, el desembarque, la cola de inmigración, y la llegada a la ciudad… y otra vez en sentido inverso). Otra ventaja es, creo recordar, que en ninguno de estos dos Países (Malasia y Singapur) los ciudadanos europeos precisan visado. La desventaja puede ser el alto coste del billete en algunas fechas.

La más entretenida, a la par que barata, en mi opinión es la salida de Thailandia por la frontera Sudeste que tiene con Camboya (Cambodia), concretamente por una pequeña ciudad thailandesa llamada Aranyaprathet, la cual se encuentra a unas 4 horas de viaje por carretera desde Bangkok, pernoctando ahí, y pasando la frontera a la mañana siguiente. Esta opción es la que os voy a explicar hoy.
Como os comentaba, salí de casa a eso de la una de la tarde con mi pequeña mochila (recomendable aunque vaya vacía, ya os comentaré más tarde el motivo), tomé un bus público hasta la estación de autobuses del Norte (Northern Terminal), llamada Mo Chit (hay 3 o 4 estaciones de autobús en Bangkok, en cada uno de sus extremos, por lo que es importante no confundirse de estación). Dicha estación es enorme, tiene varios pisos y cientos de ventanillas. Hay 2 o 3 compañías que tienen autobuses a Aranyaprathet, pero yo recomiendo la compañía estatal (Identificable por los tres 9, como el número del diablo pero al revés). Encontrar la ventanilla de dicha compañía es sencillo pues está en la planta principal que da a la calle, muy cerca de la caseta de información. Hay autobuses a Aranyaprathet durante todo el día, aunque lo más prudente es llegar a la ciudad por la tarde, para poder buscar el hotel con calma.
Compré un billete para las 14:30.
El precio del billete de autobús de primera clase con aire acondicionado, dependiendo de la compañía, ronda los 225 baths (menos de 5 euros al cambio) e incluye, además de entre 4 y 4 horas y media de viaje, una pasta, una botella de agua, una toallita refrescante y café. Personalmente encuentro el viaje en autobús mucho más entretenido que el de avión, ya que se atraviesan varias ciudades, pueblos, campos, templos, gentes, … Este viaje en concreto no se hace demasiado pesado, y además ayuda a desarrollar tu cerebro. Bueno, esto último es opcional, debes llevar la Nintendo DS y el juego Brain Training, que no están incluídos en el precio del billete.
Llegué a Aranyaprathet sobre las 7 de la tarde, y fui directo al hotelito que conozco, Great Inn Hotel. Hay otros muchos hoteles en la ciudad, de diferentes categorías y precios. En mi caso, por 300 baths (unos 6 euros) me dieron una habitación modesta pero amplia, con aire acondicionado, televisión con UBC (cadenas de pago), baño con bañera y agua caliente, y una botella de agua. Ah, se me olvidaba lo más importante, tambien incluía una estupenda cama de tamaño considerable.
Lo peor, los Tuk Tuk (híbrido de taxi y motocicleta) y las mototaxis que te asaltan al llegar en autobús y que te pretenden cobrar por apenas un Kilómetro de recorrido, lo mismo que pagarás al día siguiente por 8 o 9 Kilómetros hasta la frontera. Minutos más tarde comprendí que tal vez no fuera una mala idea …
Como conozco la zona, el hotel, y Thailandia es un País muy tranquilo, rechacé la amable oferta de los motoristas y me dispuse a alcanzar mi objetivo a pie (unos 12 minutos). A mitad de camino empecé a arrepentirme, al ver que de los diferentes terrenos colindantes a la calle por la que iba, salían cada vez más perros con cara de no ser los mejores amigos del hombre, o al menos, no del hombre que había rechazado tomar una mototaxi … Seguí adelante, ya que de pequeñito me enseñaron eso de “perro ladrador poco mordedor”, y parecía que la cosa funcionaba … hasta que me topé con un grupo de 3 perros que habían faltado a clase el día de los refranes, y uno de ellos se abalanzó sobre mí. Por suerte, llevaba la mochila (primera utilidad básica de la mochila) y conseguí en el preciso instante en que saltaba sobre mí, ponerla entre mí y una colección considerable de dientes. El resultado … ahora tengo mochila con ventilación, pero mantengo los dos brazos y las dos piernas intactas. Poco a poco me fui alejando de los perros, y en 5 minutos alcanzaba el hotel.
De camino al hotel y justo antes del hall, me crucé con un local de masajes. No parecía mala idea despues del viaje en autobús y de dar de comer a un mastín … , así que aproveché para pedir que me enviaran una masajista a la habitación a las 9 de la noche, una vez hubiera degustado el estupendo arroz frito con pollo (Kao Pad Kai) que pensaba encargar al servicio de habitaciones. A todo esto (cenita en la habitación, cama confortable y masaje) lo llamo yo el “Descanso del guerrero”, y os aseguro que es lo mejor del viaje.
El arroz, delicioso como siempre, y por apenas un euro. El masaje … lo mejor del viaje, dos horas de masaje ininterrumpidas, realizado en la cama de mi habitación por una guapa y simpatiquísima masajista de 30 años, nacida en Korat, que además hablaba bastante bien el inglés, y por 4 euros! Lo siento pero no recuerdo el nombre, Chi o Wy o algo parecido. No cambiaría esto por un billete de avión a Singapur ni harto de vino…
A la mañana siguiente, me di una ducha, recogí mis cosas y tomé una mototaxi en la puerta del hotel, que me llevó hasta la frontera con Camboya en unos 10 minutos, por 40 baths (menos de un euro). Una vez allí, y al ser primera hora de la mañana, no encontré muchas colas y, la salida de Thailandia, entrada en Camboya (por Poipet), salida de Camboya y entrada de nuevo en Thailandia, apenas me llevó conjuntamente 30 o 40 minutos. Aseguraros que os ponen los correspondientes sellos de salida, entrada, salida y entrada.
Una vez de regreso a la parte thailandesa, me di una vuelta por el enorme mercado que hay frente a la frontera, compré una gorra, me tomé un helado, subí a un Tuk Tuk y me dirigí a la estación de autobuses de Aranyaprathet. Tomé el autobús de las 13:30, llegando a Bangkok sobre las 6 de la tarde y a casa sobre las seis y media.
Recomendaciones:
Para entrar en Camboya se precisa de un visado, el cual se puede conseguir facilmente en la Embajada de Cambodia en Bangkok, que recientemente ha cambiado de lugar y ahora está en esta dirección: 518/4 Pracha Uthit Road (Entre Ratchadaphisek y Ramkhamhaeng Roads), no muy lejos en taxi de la estación de Metro Subterraneo de Huai Khwang.
El visado de turista cuesta 20 Dólares (25 si se quiere tener listo esa misma mañana), o 1.000 baths (unos 30 dólares) si se paga con moneda local. Normalmente lo tienen listo al día siguiente por la tarde o en dos días, por lo que conviene hacerlo con tiempo.
Si no se ha sacado el visado anticipadamente, se puede sacar en la misma frontera, una vez se ha pasado el control de inmigración de salida de Thailandia, pero en este caso puede tardar mucho, y el precio pasa a ser un mínimo de 1.000 baths y fácilmente una cantidad mayor, ya que esa frontera en Camboya es una de las más corruptas del mundo, y raro es el funcionario que no exija algún tipo de “tasa”.
Normalmente viniendo con el visado desde Bangkok yo nunca me he encontrado con ningún problema. Eso sí, en la ficha que se debe rellenar a la entrada de Camboya mejor poner que pensais estar 2 o 3 días y que vais a visitar por ejemplo las ruinas de Angkor (excursión por otro lado más que recomendable), ya que en otro caso seguramente os pedirán una “tasa” por reentrada. Aquí es dónde de nuevo os será útil llevar una pequeña mochila, o no colará que pensais pasar 3 días en Cambodia sin equipaje.
Una vez hayais salido de Thailandia, pasareis a un terreno “neutral”, rodeado de casinos (el juego está prohibido en Thailandia), y empezarán a perseguiros para venderos viajes en taxi, servicio de visado, y ofertas varias, las cuales no necesitais en absoluto, por lo que es mejor no perder la sonrisa pero no hacer caso a ninguno de los comisionistas. Si llevais el visado desde Bangkok, no necesitais nada más, ni realizar ningún pago. Simplemente dejad atrás los casinos, e id a la caseta de inmigración que está a la derecha (cambiad de acera, ya que la salida de Thailandia se realiza por la acera de la Izquierda), rellenad la ficha de salida y presentadla en la ventanilla junto con el pasaporte. Os lo sellarán y ya estais en Poipet (Camboya)! Lo más duro ya ha pasado…
Una vez allí sereis rodeados de nuevo por niños, comisionistas, timadores, etc. de los que es muy difícil deshacerse. Yo utilizo un método que me permite salir airoso sin tener que enviar a nadia a tomar… digamos el aire.
En cuanto entro en Camboya echo mano del móvil, aprovecho para llamar y decir que estoy bien, y una vez que termino mi conversación no separo el movil de mi oreja ni dejo de hablar hasta llegar de nuevo a las oficinas de inmigración de salida de Camboya, que en este caso están justo en la acera opuesta de las de entrada que acabamos de dejar atrás. Con este sistema me suelen dejar en paz.
Si os veis tentados de dar algo de dinero a alguno de los niños que os abordan, tened por seguro que en 10 segundos estaréis rodeados por 10 o 20 niños pidiendo también su parte…
De Poipet, el pueblo por el que se entra a Camboya, sólo deciros algunos de los nombres que le han puesto en Intenet, como “Toilet” o “Ciudad sin Ley”. Realmente es un enorme descampado lleno de charcos, maloliente, y con cientos de personas intentando llevarse tajada de los miles de turistas y visa runners que cada día pasan por ahí. Mejor no dedicar ni un minuto a explorarlo y, sobretodo, que nadie se sienta tentado de pasar la noche allí. Enteraros bien de la hora de cierre de la frontera Thailandesa antes de salir del País, pues si os cierran la frontera os veréis obligados a hacer noche en Poipet, y creedme, eso no sería el “descanso del guerrero”…

La muerte de un Mito

Jueves, Abril 18th, 2024

RATAOUILLE O EL FIN DEL DESCANSO DEL GUERRERO

Hace unos meses os hablaba de la aventura del paso de la frontera tailandesa por la frontera terrestre de Aranyaprathed. Véase la entrada: extension-de-la-fecha-limite-del-visado.html

Pues bien, después de varios años realizando gustoso este recorrido, he decidido cambiar de ruta o al menos cambiar de hotel para la próxima vez.

Como sé que os lo estaréis preguntando, os contaré como ha muerto el Mito.

Salí de Bangkok como es habitual a mediodía, y me subí al bus que me llevaría a Aranyaprathet, Aran para los amigos (y para los que nos cuesta pronunciar semejante nombre).

Llegué a Aran sobre las 7 de la tarde y en esta ocasión (ya llevaba la mochila demasiado agujereada de la última vez) decidí subirme a una mototaxi por un precio razonable, 30thb (unos 70 céntimos de Euro), la cual me llevó a mi hotel favorito, para iniciar el clásico y legendario proceso del Descanso del Guerrero…

Hasta ahí todo correcto y según lo esperado:Check in, ducha y visita al salón de masajes para encargar un masaje en la habitación para después de la cena.

Es en dicha visita cuando empecé a ver que algo había cambiado en el cuento… Lo primero que me sorprendió fue que en el amplio salón de masajes, sólo había dos masajistas y éstas eran, digamos (de forma optimista) rellenitas, entradas en años y no muy agraciadas físicamente, también había una encargada, la cual por no hablar creo que no hablaba ni Tailandés, y a la que para que entendiera qué es lo que quería, le tuve que hacer un dibujo, ¡Qué útil me ha sido el bolígrafo en este viaje, sólo comparable a lo útil de la mochila en mi anterior aventura!…

Una vez entendido que quería un masaje. ¡Qué ocurrencias tienen estos extranjeros, pedir un masaje en un salón de masajes! Llegó la terrible pregunta…

¿Cuál de las dos masajistas quiere que le de el masaje?

Realmente terrible decisión, de la que dependería mucho más de lo que podía llegar a imaginarme…
Por un lado una chica gordita, de unos 45 años, feuchilla, con semblante serio.
Por otro una chica gordita, de unos 45 años, feuchilla, con una sonrisa de oreja a oreja.

Me decanté por lo más fácil (¡Craso error número 1!), la “chica” de la sonrisa. Pensé para mí, al menos aunque no disfrutara de su belleza y sensualidad, disfrutaría de su simpatía y de la calidad de su masaje. No en broma, normalmente los mejores masajes terapéuticos tailandeses me los han dado mujeres de cierta edad, ya que suelen tener mucha más experiencia y aplican la presión adecuada en los puntos adecuados.

Esta vez me decidí por un relajante masaje de aceite (¡Craso error número 2!).
Masaje con Miss Simpatía programado a las 10 de la noche en la habitación 209.

Turno de volver a mi habitación y encargar el delicioso arroz frito al servicio de habitaciones. Y para no desmerecer de mi masajista, esta vez encargué 2 arroces, uno con gambas y otro con pollo. Para mí los dos, se entiende, no penséis mal.
Los arroces deliciosos, como siempre, y por apenas un Euro y medio los dos.

Un poco de Nintendo DS para relajar la mente, mientras veía la película Ratauille en la televisión, y a esperar un rico masaje antes de dormir…

A la hora pactada llega la “tremenda” masajista, y empieza el masaje con aceite, bueno digo masaje por llamarlo de alguna forma, ¡vaya forma de destrozar el mito del masaje tailandés! Restregando el aceite como si fuera crema bronceadora, de forma parca y repetitiva, clavándome las uñas a cada pasada, sentándose sobre mis piernas…

Cierro los ojos, no puedo creerlo, parece de chiste, ¡qué horror de masaje, realizado por qué horror de masajista! Se para, entreabro los ojos y veo como se está ¡quitando la blusa! ¡Quiero morirme! Le pregunto por señas (no habla nada de inglés ni tampoco entiende mi tailandés) que qué está haciendo, me dice que no quiere ensuciarse la blusa con el aceite, cierro los ojos de nuevo.

Me pregunta ¿Duermes?, le respondo no, sólo me estoy relajando… La realidad: estoy rezando para que no se quite más ropa.

Sigue la tortura, ahora me clava una pulsera que lleva en la mano izquierda en el cuello… cuatro refregadas más y se para de nuevo, Dios! ¿Qué irá a hacer ahora? Se está poniendo de nuevo la blusa, eso me tranquiliza. Me pregunta que qué me ha parecido el masaje, miro el reloj y no puedo creerlo, han pasado 40 minutos y he pagado 2 horas de masaje, le enseño el reloj y me mira con cara de pocos amigos, dice ok, ok, y vuelve a hacer exactamente los mismos movimientos de refriega y tortura.

Se para, abro los ojos, ¿Qué pasará ahora?, me mira sonriente y me pregunta ¿Quieres hacer el amor conmigo? Empiezo a buscar la cámara oculta ya que no me lo puedo creer… Le digo que gracias pero que no puedo, “que tengo novia”, “que tengo mujer”, “que tengo 5 hijos”, “que soy gay”,… Pone cara de no entender nada de lo que le estoy diciendo… Sigo intentándolo, “que no tengo dinero”… Eureka! Al final parece entenderme, borra la sonrisa de su cara y vuelve a su “ardua labor” de restregar aceite. Incluso cuando el bote de aceite deja derramar alguna gota del mismo, me lo restriega (el bote) por las piernas…

Al cabo de unos 30 minutos, yo ya no puedo más, quiero dormir, quiero olvidar… A su vigésima pregunta sobre si me ha gustado el masaje, le digo que sí, y que me voy a dormir.

Muy sonriente, echa el aceite al bolso y… me pide propina. Me dice que no es tailandesa, que es de la India y empiezo a entender un poco más. En ese momento veo la misma sonrisa previa a su ofrecimiento carnal y al vérmelas venir, saco rápidamente 100 baths del bolsillo y le digo hasta mañana! Se va… respiro… me duele todo más que cuando llegué al hotel, pero por fin puedo descansar.

O eso creía yo…

A eso de las 2 de la madrugada empiezo a oír ruidos como si hubiera alguien en la habitación. Asociándolo a las pesadillas que estaba aun teniendo con la masajista como protagonista, no les hago mucho caso. Vuelvo a oír ruidos media hora más tarde, y cada vez más intensos, me despierto, enciendo la luz, en la habitación no hay nadie, pienso que el trauma de la masajista me durará toda la vida, vuelvo a cerrar los ojos…

Media hora más tarde los ruidos se intensifican, pienso que es el vecino de la habitación de al lado, pero los ruidos no cesan. Enciendo la luz y veo delante de mis narices, sobre la mesa, ¡a Ratauille!

Llamo a la recepción del hotel e intento explicar lo que ocurre, “have one rat in my room”, “have one big animal”, dicen no entender nada. Consigo que vengan a mi habitación, y les hago un dibujo (desde ahora el bolígrafo ha pasado a ser mi fiel compañero de viaje). Exclaman “ahh, one lat” (que sería algo así cómo “ahh, una lata”). Les dejo con la escoba en la mano y emigro a otra habitación a intentar dormir un poco.

Son las 5 de la madrugada del lunes 17 de Noviembre de 2008, la realidad supera a la ficción, el Mito del Descanso del Guerrero ha muerto…

Descanse en Paz.

Tailandia Singular (2)

Jueves, Abril 18th, 2024

SÓLO EN TAILANDIAONLY IN THAILAND (2)

Continuamos esta sección con las últimas anécdotas aparecidas en los medios en los últimos meses.

Empezamos con la curiosa historia de una simpática ancianita del Sur de Tailandia desaparecida durante 25 años al tomar el autobús equivocado para ir de compras a Malasia.
El autobús la llevó a Bangkok y, una vez allí, al tratar de regresar, tomo otro que la alejó mucho más de su familia, llevándola hasta Chiang Mai, en el Norte de Tailandia. La policía informó por error a su familia, tras la desaparición, que había perecido en un accidente de tráfico.
La mujer de etnia malaya solo hablaba yawi, un dialecto del malayo hablado en las provincias musulmanas del Sur de Tailandia, por lo que no pudo hacerse entender durante todos estos años.
Tras 5 años dedicados a mendigar para poder sobrevivir, fue llev
ada a un centro para indigentes, donde pasó la mayor parte de estos años, hasta que unos estudiantes de su misma provincia, Narathiwat, llegaron al centro de acogida y escucharon a una mujer cantar en Yawi, lo cual despertó su curiosidad.
La mujer explicó la historia de su “escapada” de compras, y que tenía marido y 7 hijos en su pueblo, Dusongyo.

Por fin, después de 25 años “de compras”, ha regresado felizmente con su familia . ¿Les habrá traído muchos regalos?

Yo intenté lo mismo hace unas semanas, pero a los dos día mi novia me encontró y me trajo a gorrazos de nuevo a Bangkok

La siguiente noticia está protagonizada por unos compañeros de Tiburcio, concretamente 4 elefantes macho y 4 hembras, los cuales han entrado en el libro Guinness de los Records al alcanzar una de sus pinturas un precio record, 39.000 $US pagados por un amante del arte de los Estados Unidos. Se ignora si cuando realizó la compra llevaba él también una buena trompa…

El cuadro mide 2,4 metros, y se llama “Cold Wind, Swirling Mist, Charming Lanna Number One y los artistas son del Campo de Elefantes de Mae Sa, en Chiang Mai, Norte de Tailandia.

Se está poniendo de moda, y ya hay varias webs en Internet que venden las obras de arte paquidermo. Os pongo el enlace de una de ellas por si queréis poner un “Trompa” en vuestro salón: http://www.elephantartgallery.com/paintings/

Por cierto, no dudéis en contactar conmigo si estáis interesados en que Tiburcio os pinte algo, aunque su arte podría definirse como, digamos, abstracto…

Por un puñado de … tierra

Jueves, Abril 18th, 2024

¿QUÉ ESTÁ PASANDO ENTRE TAILANDIA Y CAMBOYA?

Siempre me he resistido a tratar temas serios en este Blog, o al menos a tratarlos en un tono serio, puesto que para ello existen otros muchos Blogs informativos, políticos, de opinión, etc.
Pero como estos días estamos saliendo en los medios de comunicación (otra vez…), mi email vuelve a estar saturado, y mi teléfono echando humo, he pensado en escribir esta entrada de una forma totalmente objetiva (sin entrar en valoraciones personales) a título informativo, contándoos lo que conozco sobre el tema.

Me refiero a las confrontaciones en la frontera Thailandesa-Camboyana de la zona del templo de Preah Vihear, área de litigio entre estos dos Países desde hace medio siglo, recrudecida por la reciente incorporación a la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hace tres meses.


Lo que en un principio debería ser una alegría para cualquier País, debido al incremento del turismo en la zona que suele acompañar a los lugares seleccionados por dicha entidad, ha supuesto una escalada de presencia militar de los dos Países en los alrededores del Templo.

Supongo que los funcionarios que determinaron dicha incorporación deben (o deberían) estar arrepintiéndose en estos momentos de haberlo hecho. Yo lo veo algo así como cuando le compras una consola de videojuegos a tu hijo mayor, después de haber sacado buenas notas, y en ese preciso instante empieza la escalada de protestas del hijo pequeño, que también la quiere. Al final esas protestas acaban resultando en una agresión física, llamemosle tirada de pelos o mordisco en la brazo del hermano mayor, y en la consiguiente respuesta del mismo. Evidentemente lo primero que uno piensa es ¿porqué demonios le compraría la consola a mi hijo mayor con lo tranquilas que estaban las cosas en estos momentos…?
No voy a entrar en detalles de quien es realmente el hijo mayor y el pequeño en este caso, porque he prometido no hacer valoraciones personales.

Ese trocito de tierra que rodea al Templo ha pasado a llamar la atención de las autoridades y de los medios de comunicación de ambos Países, (y de paso a desviarla de otros temas…), y ha desembocado en un pequeño conflicto armado focalizado en ese pequeño terreno del Este de Tailandia. Personalmente no creo que las cosas vayan mucho más allá de pequeños enfrentamientos entre los soldados de uno y otro lado de la frontera, encaminados a llamar la atención de los medios, ya que ambos lados creen tener la razón.

Esta semana a alguno de ellos se le debió disparar su arma reglamentaria y la liaron de nuevo, resultando un par de soldados thailandeses heridos, un soldado camboyano muerto, y 10 soldados thailandeses hechos prisioneros, según los medios de comunicación.

El Templo está situado en el límite de la ladera de una montaña, perteneciente (excepto ese pequeño puñado de tierra) a Tailandia, lo cual hace que el acceso al mismo desde Tailandia sea muy sencillo, pero muy complicado el acceso desde Camboya (ver foto). Y del mismo modo , hace que alguno se plantee la idoneidad o no de dicha división territorial …

La Linea amarilla marca la frontera entre ambos Países

Templo Preah Vihear en primer plano


Una sentencia del Tribunal Internacional de la Haya de 1962 dio la razón a los camboyanos, aunque debido a la influencia francesa (antiguos colonos de Camboya) en la Haya, tampoco entraré a valorar si esta sentencia fue justa o injusta con los Tailandeses. De todos modos, yo no había nacido en aquella época, por lo que haciendo caso de lo que me enseñaron de joven, no pongo la mano en el fuego por nada de lo que no he visto y vivido, y con respecto a lo que he visto y vivido, puedo llegar a poner un dedo cerca de la estufa como máximo…. no sea que me queme.

No parece que pueda llegar todo a mayores, puesto que Camboya es un País más pequeño y con un ejercito bastante más débil que el tailandés, y con muchos menos medios para un conflicto armado. No parece probable por ello una guerra entre ambos Países como se pronostica en algunos medios de comunicación alarmistas españoles y extranjeros.

Mi consejo para los que visitéis Tailandia, es que os mantengáis alejados de esa pequeña zona del Este del País, en concreto se trata del Distrito de Kantharalak, en la Provincia de Si Sa Ket, la cual además es una zona alejada y no turística. Los únicos turistas que visitan la zona lo hacían para visitar el Templo de Preah Vihear, y creedme, en estos momentos no sería lo más recomendable, a no ser que seáis amantes de los deportes de alto riesgo… Por otro lado, tenéis en Tailandia muchas otras ruinas de la cultura Jemer mejor conservadas, como el bonito Templo de Pimai en Nai Muang, cerca de Nakhon Ratchasima. Y por supuesto, si estáis en Camboya, no debéis perderos la zona de Templos de Angkor.

El resto del País, salvo algunas escaramuzas durante las manifestaciones políticas (las cuales siempre son en una pequeña área delimitada de Bangkok), se respira la tranquilidad y normalidad más absoluta, y todos siguen con su vida normal.

Mi consejo de nuevo, es más que evidente, no te metas en medio de una manifestación política no autorizada, al igual que no lo harías en cualquier otro País civilizado, o te arriesgas a recibir, por un lado o por el otro. A no ser que seas amante de las emociones fuertes y los deportes de aventura extrema, y por supuesto sabiendo que si te pasa algo, ha sido por tu propia … ejem … digamos … falta de sentido común.

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